·Era una
noche fría, oscura, por las calles se arrastraban almas en pena esperando esa
luz que les llenaba de vida para subir y descansar en paz. Quizás esperaban
acabar con algo o con alguien, o también podría ser que quisieran proteger a
alguien que se había quedado solo después de la muerte del difunto… El caso es,
que aunque nadie los pueda ver, yo los veo, veo como se arrastran como si llevasen
cadenas que les pesasen, incluso he llegado a pensar que cada cadena es algo
malo que han hecho y que lo tienen que llevar encima ahora, porque sino no sería
normal que hubiesen almas sin cadenas pero apenadas y almas con demasiadas
cadenas para aguantarlas y muchísimo más doloridos por lo que hicieron en el
pasado como humanos y los que están haciendo ahora como almas en pena. Nadie
cree en estas chorradas, claro, la gente solamente cree cuando puede ver, igual
que las hadas, o los monstruos de los armarios de los niños. Pero yo no creo
así, y seguro que habrá más gente que no piense así, pero por miedo a lo que
piensen los demás de él y por lo que le vayan a hacer no dice nada, se lo
calla, porque ahora se lleva lo de los “loqueros” pero en la antigüedad eras
un/a bruja y a la hoguera o también un loco borracho que fantaseaba.
Con este pequeño relato quiero decir que se podría probar a creer lo que no se puede ver... No sólo las chorradas, sino en el día a día.