Bienvenida.

Para mí este blog es muy mío; es decir, es un medio donde expreso una parte de mí que todavía estoy explorando y que espero no dejar de explorar... Espero que lo disfrutéis leyendo al igual que yo disfruto escribiéndolo.

jueves, 21 de agosto de 2014

Caja de muñecas

Ese tirabuzón, rizo, o incluso tal vez una espiral de humo castaño, que vi despreciado en el suelo…
Aquel cordón que tiraba de un carro de bebé, y tú a la vez tirabas del cordón.
Tu sonrisa inocente, testaruda, delicada, pura, traviesa e imborrable que empequeñecía cualquier cosa a su paso, cada paso que daba, que era una
pisada tuya, casi imperceptible, pero demasiado grande para ti.
Mil miradas posadas en ti, que no todas eran positivas, pero que tú no te percatabas de ello… Y ahora, pequeña mía, todavía, aunque seas muy mayor, sigues sin darte cuenta de las cosas, al igual que su valor, y no es del todo malo, al contrario, es propio de tu edad. Y ahora, y en estos momentos no haber cambiado prácticamente nada, que ahora, en estos momentos, únicamente la experiencia te va transformando.
Salvaje. Mi enana. Te intentamos encerrar en una caja de muñecas, para que vivas feliz y no sufras nunca, pero es inevitable… El tiempo arrasa por donde va, y sí, también pasa por nosotros… Nos deja huellas, marcas que solo con este nos damos cuenta, ¿curioso eh? Y este te cambia, interior y exteriormente. Y si intentas revelarte contra él, entonces no dejas que la vida siga su ritmo. Ya ves, tienes que dejar que todo esto continúe.
Fíjate que hoy comencé a escribir esto y sin darme cuenta… Te estaba describiendo. Como dije antes, curioso, curiosísimo (como dice Alicia). Sabía que llegaría el momento adecuado para hacerlo, ya que si fuerzas las cosas… no salen bien, y creo que esto no ha salido del todo mal. Eres todo un mundo ratita, y aunque me esfuerce nunca podré describirte entera. Pero ni a ti ni a nadie. Dicen que nunca se conoce del todo a alguien… Así que lo dejemos así. Por hoy.
Sé feliz y vive.

Para ti, hermana, porque nunca dejemos de soportarnos mutuamente y lo que conlleva ello.

sábado, 31 de mayo de 2014

Nubes de azúcar

Todo va a su ritmo, no fuerces nada. Puedes ayudar a que vaya más rápido, pero te servirá de poco. Mientras que tu corazón siga en pie, calma, y respira, tienes tiempo, pero tampoco lo desperdicies. Correr casi nunca es bueno, solo te permite... ¿Qué? Nada.
Rozando las paredes del recuerdo con los dedos y que se te creen nubes de azúcar en el estómago, eso, amigo mío, es el empacho de volver atrás.
Comiendo hipócritas por cada esquina que pasas, simplemente para protegerse de la ira y la inmundicia del mundo, sin mostrarte como eres realmente, no ganarás nada en esta lucha entre lo ficticio y la vida en sí, conseguirás ser una sombra de lo que en su día eras y que ocasionalmente eres.
Corre descalzo, sintiendo la humedad y la vida bajo tus pies, túmbate en el asfalto, en la arena recién mojada, en el agua salada… Acaricia y envuélvete en el aire que te rodea. Pasa las distintas fases amargas que tendrás, levántate con una cara dibujada en tu rostro y ríete con esa cara que ves frente al espejo que cambia, pero que siempre será la misma.

Aunque te cueste mucho llegar a ese principio, recuerda que todo empieza, y que para alcanzar cualquier cosa se precisa ardor y exaltar la marea. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Ahora, es silencio.

Llovía, más bien chispeaba, pero él abrió el paraguas que iba a juego con nosotros. Entramos en una tienda bastante iluminada. Me cogió de la mano para que me pusiera a su lado, enfrente de un espejo de cuerpo entero. Su rostro… Me helaba el aliento.  Nos sonreía, a los dos. Éramos de otra época, teníamos ropas diferentes pero con los mismos tonos; negro y morado. Parecíamos felices, jóvenes y risueños. Uno complementaba al otro y viceversa. Era mi alma gemela, lo sé. ¿Que qué pasó con él? Bueno, nada es para siempre, excepto esas pequeñas huellas llenas de sentimientos. Su elegancia era digna de admirar, al igual que la protección que brindaban sus ojos. No recuerdo su voz, pero sé que era parecida a la lluvia y a las carcajadas de un niño… el canto de los pájaros y el sonido de los relámpagos. Ahora es silencio, un silencio que puede ser insignificante para algunos, pero para otros todo un mundo.  

El reloj
siguió cortando el tiempo 
con su pequeña sierra.
Como en un bosque 
caen
fragmentos de madera, 
mínimas gotas, trozos 
de ramajes o nidos,
sin que cambie el silencio,
sin que la fresca oscuridad termine,
así
siguió el reloj cortando 
desde tu mano invisible, 
tiempo, tiempo, 
y cayeron
minutos como hojas, 
fibras de tiempo roto, 
pequeñas plumas negras.

     Pablo Neruda, Oda a un reloj en la noche.






                                                                        

sábado, 4 de enero de 2014

Bocados de perspectiva

Él no puede evitarlo; la tiene que mirar. Sus ojos se ven atrapados por los de esa joven. Ve algo en ellos, no en ella, sino en ellos... Son marrones, muy oscuros, vulgares-como piensa ella-. Tienen una acción de atracción, demasiado fuerte para él. No se fija en su cuerpo: únicamente en el sonido de las gotas de lluvia que pegan contra la ventana, el de su corazón y en sus ojos. Es débil al lado de ella, en frente, o a una distancia infinita. Pero ella no ve los de él. A esto se le llamaría amor incondicional, no correspondido, el cual es mucho más doloroso para la persona que lo sufre. Él en esos momentos no lo sabía, hasta que en el transcurso de los segundos se iba dando cuenta de que ella no lo miraba a él, sino al que estaba detrás suya... 
Hay muchas mentes y a la vez, muchas perspectivas. 

viernes, 3 de enero de 2014

Rosas negras, margaritas blancas sin pétalos.

Regaliz quemado tirado en la cama, empapando el ambiente de ese olor tan... amargo, el olor del desprecio y el sabor de la vergüenza. Encima del cabecero hay un lienzo... En el lienzo hay pintadas letras, al revés. Las letras son negras, y el fondo rojo. Antes de entrar en el balcón, a la derecha de este, se encuentra un espejo de lo más simple, para cuerpo entero, hecho añicos en la alfombra que está a sus pies. En la mesilla de noche una taza blanca de café con marca de carmín gris. Ella quería que sus labios se vieran del color que realmente son, fríos, ya casi sin vida. Al lado de un armario viejo de caoba está el sillón en el que  permanece sentada, envuelta en una manta de punto blanca. Deja al descubierto unos dedos delicados y temblorosos, con las uñas mordidas, apretando fuertemente uno de sus brazos y mirando a la nada. Donde en la nada suele estar el todo.
                                                                         

domingo, 4 de agosto de 2013

Siente...

Deja que tu cuerpo se llene de la energía que te da la música; que tus mejillas se llenen de lágrimas, pero de alegría; que tu cuerpo arda en llamas y a la vez se congele al estar a su lado; que tu corazón estalle dentro de ti cuando veas a esa persona por primera vez; que sus risas te hagan ver el paraíso por unos segundos; que tu piel se erice al sentir su corazón  y a la vez el tuyo… y que ambos se vuelvan uno; que tu rostro se enrojezca por mentir; que veas fuegos artificiales, los oigas estallar, huelas sus cenizas al caer, degustes la alegría y el miedo de los de tu alrededor y sientas que eres infinito como éstos al posarse en el firmamento; que cuando veas la luz natural después de haber estado encerrado durante un largo período de tiempo sientas que todavía sigues siendo parte de ellos y una lágrima se pose en tu cutícula;  que aquella persona te hable a unos pocos centímetros de ti y tus manos se humedezcan; que presientas que alguien se sienta la persona más feliz de la Tierra por tu existencia; que  cuando yo escriba estas palabras y se conviertan en párrafos me recorra un calor junto con escalofríos por todo el cuerpo;  que tú, sí, tú, te dejes llevar por los sentimientos, siéntelos dentro, vívelos. 

domingo, 17 de marzo de 2013

Lo oscuro... (Caperucita Roja, retocada)


·Todavía puedo saborear aquella mañana de primavera, tan dulce con los brazos abiertos… Mi madre, como todos los fines de semana, me había encargado que llevara una pequeña cesta con galletas a mi abuela, y así adentrarme en el bosque, donde me sentía identificada con los frondosos árboles dándole la bienvenida a la nueva era que se forjaba entre las sombras de estos, los pétalos de las flores abiertas, ese sonido salvaje… El color rojizo del suelo me llamaba muchísimo la atención, hasta que ya me resultaba familiar, y el no verlo me preocupaba, era como mi sendero para llegar a la cabaña de mi abuela. Siempre pensé que era el color de la tierra, pero desde ese día todo cambió, sobretodo mi manera de ver las cosas.

Aquel día fue inolvidable, siempre quedará marcado como uno de mis más raros y especiales momentos… Era tan pícara mi sensación, atracción, o como quiera que sea ese sentimiento tan difícil de explicar… Bueno, sólo con olerlo tenía que probarlo, y desde que analicé ese sabor no podía parar… La sangre cada vez más me llamaba, me atraía. Ojos con miedo de aquel miserable lobo que se moría por matarme, se alejaba de mí al percibir mis actos antes de hacerlos… Yo era una niña muy amante de los animales, pero no en ese sentido desde que empecé a verlos de otra forma… Como alimento.

Llegué a la casa de mi abuela por el mismo camino marcado por la tierra rojiza. Llovía y llovía; no hacían más que caer gotas finas que mojaban el suelo y lo dejaban como si hubiese pasado por allí una masacre. Toqué varias veces la puerta, pero la abuela parecía que había salido, como más de una vez hacía, a dar sus típicas caminatas… Así que salí en su busca, pero ya me parecía muy sospechoso que con el tiempo que hacía saliera. Después de largas horas de buscarla entre los árboles, decidí volver a la cabaña para ver si es que se había quedado dormida.

-¿Abuelaaa?- Grité varias veces afuera; pero nada…

Ya preocupada, empecé a forcejear la puerta y a darle patadas, hasta que un fuerte rugido proveniente de la casa me contestó ferozmente.

Las manos me sudaban, y no sabía qué hacer, por lo que salí corriendo en busca de ayuda. En pocos instantes apareció el cazador, en compañía de la escopeta.

-He… He…-No podía hablar.

-Tranquila, lo he oído.

De una fuerte patada abrió la puerta, y allí estaban…

Mi corazón se paralizó por unos momentos… No me lo podía creer; un gran charco de sangre se situaba delante de la puerta, para dar la bienvenida.

Mi abuela, tirada en la cama. Y el lobo, todavía devorándola.

Indecisión y furia me recorrieron el cuerpo de un escalofrío. Después de esas imágenes almacenadas en mi mente sólo podía observar la sangre del suelo, y me recordaba a la tierra rojiza.

El cazador, por lo que podía observar en su rostro, tampoco sabía cómo actuar ante esa enorme crisis.

-Sal de aquí, Caperucita.- Logró decir con voz paralizante. 

Yo, después de haber sufrido psicológicamente, sólo tuve ese impulso…

-No, sal tú. Será mucho mejor, así me recordarás como la niña inocente que quería a su abuela.- Después de decirlo, le miré en tono desafiante; ya me había transformado en una bestia incontrolable.

Él seguía parado, con la escopeta sujetada firmemente, pero no sé cómo, me hizo caso, observaba que estaba decidida y percibió el peligro que corría… Por lo que salió mirándome con pena.

Y ahí estaba, todavía devorando a mi abuela; y eso sólo hizo enfurecerme todavía más. Di un paso adelante, me quité la caperuza y la tiré al suelo. El lobo podría llegar a medir un poco más del doble que yo, pero yo no le tenía miedo, al contrario, deseaba en ese momento desgarrarle por completo. Me abalancé sobre él sin pensármelo más de dos veces, y… Ya se puede imaginar lo que pasó. Después de todo era una niña con una fuerza sobrenatural que recibía órdenes de su instinto apoderado de la rabia contenida.  

domingo, 20 de enero de 2013

El regalo


Día nublado, mañana tranquila, se podía percibir que era otoño, simplemente por la cantidad de hojas que pisaban los niños al pasar, o que se paraban a jugar con ellas… Bailaban al son del viento, este, las arropaba con su dulce aliento a sauce, a risas, a melancolía, a enamoramientos, a sufrimiento, a mentiras, a sueños, que traía de todos los lugares inimaginables… ¿Quién sabe dónde ha estado? ¿Dónde ha vivido? ¿Qué ha llevado consigo mismo? Nadie lo sabe, y nadie lo sabrá… Es un misterio que siempre vivirá, pero que nunca se averiguará. ¿Es que hace falta saber todo para que tu mente descanse en paz? Lo que hace que tu mente descanse en paz es la tranquilidad que te da la vida, no solo el saberlo todo. La vida en sí, ya es un misterio, por eso, confía en ella, vívela, que ese es el mayor regalo.

¿Por qué hay que destruir un regalo? El mundo, cada día se destruye más… Las ansias de saber todo, hace que tu regalo se vaya empobreciendo… ¿Por qué no se cuida? Las personas se piensan que intentando descubrir nuevos mundos va a hacer que el suyo se enriquezca… ¿Por qué no primero acabamos lo que alguien o algo ha empezado, en vez de dejar el regalo atrás e intentar conseguir otro que también lo dejarás? Esto pasa con el mundo, se intenta descubrir nuevas vidas, pero primero se tendrá  que solucionar el nuestro, ¿no?

Con esto quiero decir que, el mayor regalo puede que lo tengas pegado a ti, y no te estés dando cuenta… 

martes, 13 de noviembre de 2012

La música y otras de mis debilidades...


·La música… Otra cosa fantástica con la que me da un escalofrío en todo el cuerpo.

¿Qué sería un mundo sin música? NADA. Las personas, todas, tenemos esa debilidad, sea por el género que sea. Las películas serían rollos de cintas monótonas, pero esto no quiero decir que las imágenes no transmitan sentimientos, todo lo contrario, pero la música lo hace más especial todavía… Las películas no serían igual que en la realidad, porque, yo al menos, cuando voy caminando mi mente va escuchando la canción que escuché para poder escribir e imprimirme en las letras… 
Es esencial en nuestro día a día, nos identifica como seres humanos al igual que otros muchos inventos que han servido para nuestro desarrollo.
Tal vez, únicamente esto que voy a describir con tanta energía, no le pase a la mayoría de la gente... 
Con la música, papel y lápiz estoy totalmente perdida, es mi debilidad más sagrada e importante que tengo hasta ahora, me traslado, me siento otra persona, si me puedo considerar persona en ese momento, porque cambio mi mentalidad como persona. Me pongo en la piel que nos observa o, para otros, simplemente estoy en la Luna observando. Lloro, río y experimento todas las sensaciones posibles con estas. 

domingo, 26 de agosto de 2012

¡Mi blog ayuda!

¡Mi BLOG contribuye a la producción de CO2 mundial!  

Hace unas horas me encontré en un blog esto... Y pues... ¡Me encantó! Cuando me enteré de que mi blog participaba en la destrucción del planeta no me hizo nada de gracia y aquí estamos, con una entrada  para esto. A mí no me molesta en absoluto. Esto es una iniciativa de  Geniale.es que consiste en plantar un árbol que compense la cantidad de dióxido de carbono producido por un blog. Si tienes un blog, no dudes en ponerlo.  
                         

                                                        
                                  

sábado, 11 de agosto de 2012

Lo natural.


·Cayó la noche, todo está tranquilo, la música relajante japonesa resuena por los jardines repletos de árboles coloridos… Dos amigas que están de vacaciones ahí se encuentran tiradas en el césped mirando las estrellas y a la luna reflejada en el agua del pantano que hay debajo del gran puente de piedra. Se siente una brisa bastante agradable,  las dos cierran los ojos a la vez y piensan lo mismo; en nada… Solamente se concentran en que sus mentes se queden en blanco. Ese momento lo intentan disfrutar lo mejor posible. Todas las preocupaciones que tenían antes han desaparecido, y parece como si estuviesen flotando, no sienten sus cuerpos, no sienten nada, solamente la música y el roce de la hierba.
Perciben una voz, la voz de la naturaleza, las llama, les encanta ese sonido,… De repente, se detiene la música artificial y consiguen escuchar la melodía natural, la limpia, la que no se puede parar, la más dulce de las voces, la que se puede oír sin necesidad de esfuerzo, solamente en el silencio. 

La pura sociedad de toda la vida.


·Era una noche fría, oscura, por las calles se arrastraban almas en pena esperando esa luz que les llenaba de vida para subir y descansar en paz. Quizás esperaban acabar con algo o con alguien, o también podría ser que quisieran proteger a alguien que se había quedado solo después de la muerte del difunto… El caso es, que aunque nadie los pueda ver, yo los veo, veo como se arrastran como si llevasen cadenas que les pesasen, incluso he llegado a pensar que cada cadena es algo malo que han hecho y que lo tienen que llevar encima ahora, porque sino no sería normal que hubiesen almas sin cadenas pero apenadas y almas con demasiadas cadenas para aguantarlas y muchísimo más doloridos por lo que hicieron en el pasado como humanos y los que están haciendo ahora como almas en pena. Nadie cree en estas chorradas, claro, la gente solamente cree cuando puede ver, igual que las hadas, o los monstruos de los armarios de los niños. Pero yo no creo así, y seguro que habrá más gente que no piense así, pero por miedo a lo que piensen los demás de él y por lo que le vayan a hacer no dice nada, se lo calla, porque ahora se lleva lo de los “loqueros” pero en la antigüedad eras un/a bruja y a la hoguera o también un loco borracho que fantaseaba. 
Con este pequeño relato quiero decir que se podría probar a creer lo que no se puede ver... No sólo las chorradas, sino en el día a día. 

domingo, 24 de junio de 2012

El espíritu del escritor.

A veces, hay gente que dice que es muy fácil escribir sobre algo que te agrade, pero, después, a la hora de la verdad, nadie se sabe expresar con suficiente propiedad ni transmitir sus sentimientos y emociones... Por eso, digo siempre que no solamente es escribir y ya está, también es dar una parte de ti al mundo que te rodea, y que todavía no sabe que dentro de ti, hay algo más que esa persona exterior.   Escribir no es solamente letras, palabras, párrafos... Escribir es plasmar al papel lo que tú sientes, lo que tú eres, parte de ti... Así que, si de verdad sientes que tus manos te llaman para escribir, no lo dudes ni un sólo instante, no dejes que nadie ni nada te impida escribir, porque  la mayoría de las personas no creen en esa parte de ti tan especial. Y si te paras por un tiempo en la escritura, no pasa nada, la mente necesita tiempo para organizar las ideas y nunca viene mal descansar, pero eso si, si te paras a relajarte, piensa que después vas a escribir con más ganas y que  jamás dejarás de escribir.

viernes, 15 de junio de 2012

Los libros.

Como ya sabéis, los libros nos llevan más allá de donde nos encontramos... A través de ellos podemos situarnos en diferentes mundos e incluso, ser miembros de estos...
Que no solo son dos tapas, y en ellas hay una historia, hay mucho más. También, a través del libro podemos saber qué pensamientos tiene el escritor, y descubrir su ser más profundo.